Saturday, May 14, 2005

La mujer nueva -2-

Liberarse de viejos hábitos

La mujer tiene un papel fundamental en la creación de una sociedad equilibrada, donde el varón también encuentre su lugar. La nueva mujer que emerge se libera de cánones y de tabúes, pero no se entiende sin su cooperación con el hombre. Esta mujer nueva deja de exigir al hombre que sea superhombre y pide, en cambio, un trato natural, de igual a igual. Pero también tiene un reto: superar su complejo de mujer fatal, que aparenta sumisión pero que en realidad controla y manipula la situación. Esta ha sido la forma en que las mujeres han ejercido su poder durante siglos. Dominar bajo mano, con mentalidad de esclava rebelde y seductora, es un patrón que se ha repetido innumerables veces. ¿Podemos liberarnos de él? Algunas actitudes nos pueden ayudar, a hombres y mujeres, a adquirir hábitos más positivos de convivencia.
Valorar a cada cual por lo que es. La persona crece cuando alguien ha reconocido sus valores, ha apreciado sus capacidades y la ha potenciado. Valorar cura la autoestima, tan a menudo herida y maltratada.
Con delicadeza. Los detalles, gestos, delicadezas, son regalos que siempre se agradecen. Poner un poco de belleza en nuestras relaciones con los demás es muestra de un afecto sincero.
Confiando. Confiar y depositar la fe en una persona la hace crecer y madurar. Nada hay que estimule más que saber que alguien espera lo mejor de ti. Más concretamente, desde la naturaleza femenina, algunas actitudes pueden ayudar a la mujer a ser libre, no sólo socialmente, sino interiormente y como persona.
Liberarse de la mentalidad de esclava. El sentirse sometida a menudo ha conducido a muchas mujeres a adoptar diferentes estrategias para dominar aparentando sumisión. Estas actitudes, que se heredan en el entorno familiar y social, no tienen por qué repetirse injustificadamente. Liberarse de esta presión conducirá a la mujer a una actitud vital más transparente, confiada y mucho más de acuerdo con ella misma.
Aceptar su sexualidad y su físico. En la mujer se ha valorado de manera muy especial su aspecto y apariencia. Jamás una moda debiera imponerse de tal manera que algunas mujeres llegaran a arriesgar su salud física y emocional por seguir unos determinados cánones. La aceptación de su sexualidad natural y de su cuerpo llevará a la mujer a potenciar de manera más equilibrada su naturaleza femenina y conllevará incluso una mayor belleza original y única en cada una.
Buscar una elegancia natural en el trato. Y aceptar una caballerosidad sobria y delicada por parte de los hombres. Cuán a menudo hace falta liberarse de clichés y tabúes que impiden un trato espontáneo, sincero y de amistad auténtica.
No sentirse como un "bicho raro". La mujer no necesita ser idolatrada ni tampoco considerada una especie aparte. Suele suceder que las mujeres, cuyo pensamiento es más global, comprenden los sentimientos de los varones, pero no siempre ocurre al contrario. Las interpretaciones un poco simplistas que los hombres suelen dar a la conducta de las mujeres no han de ser un freno para buscar un diálogo más rico y plural.

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